Reconquista Española


                                   Bandera de la "Reconquista o Restauración"

La batalla de Rancagua permitió al ejército realista restaurar la autoridad virreinal.
 Políticamente se vuelve a la situación anterior al establecimiento de la Junta de Gobierno 
de 1810.

Mientras los más comprometidos con el movimiento emigran a Mendoza, Mariano Osorio, el 
triunfador de Rancagua, reinstala la Real Audiencia, cierra el Instituto Nacional, creado 
por la Junta de 1813, e inicia una política de concordia y buen ánimo. Al poco tiempo, sin 
embargo, impulsado por el virrey de Lima, se vio obligado a actuar con rigor. Creó los 
tribunales de vindicación, ante los cuales los habitantes debían acudir a testimoniar 
su adhesión al rey. Pero la medida que provoco verdadera alarma y le enajeno la confianza 
del pueblo, fue el apresamiento de varios vecinos respetables de la ciudad de Santiago, 
algunos ya ancianos, acusados de haber tomado parte activa en los sucesos de la Patria Vieja
. El traslado de éstos a la isla de Juan Fernández, entonces temido lugar de presidio, causó
 honda conmoción en la población que vio en este hecho un acto de cruel tiranía.

La política represiva se acentuó aún más con el cambio de gobernador. A fines de 1815, 
Osorio fue reemplazado por Casimiro Marcó del Pont, quien, asesorado por los Talaveras de 
la Reina, capitaneados por Vicente San Bruno y ante el temor de una invasión desde Mendoza,
 donde se preparaba el Ejército de los Andes, creó los tribunales de vigilancia para conocer
 las denuncias sobre actos desfavorables al régimen.

Por efecto de éstas y otras medidas de represión, se formó un ambiente de delación y 
represalia, temor y odio. El sentimiento separatista, exclusivo de los sectores sociales 
altos en tiempos de la Patria Vieja, a consecuencia de las torpezas y excesos cometidos por 
la autoridad virreinal, prendió en el pueblo; justo en el momento en el momento en que se 
identificaban las nociones de gobierno tiránico y Rey tirano. El sentimiento de adhesión a 
la autoridad al modo como se desarrolló en la Colonia, personificada a través del Rey, había
 muerto.

Como contrapartida, se favorece la llegada del ejército de San Martín, del que se tiene 
noticia por el guerrillero Manuel Rodríguez, joven inquieto y romántico, audaz enlace entre
 uno y otro lado de la cordillera, quien con sus correrías provoca desconcierto en el bando
 realista. En efecto, llegados O'Higgins y Carrera a Mendoza con el resto del ejército, se
 une a aquél José de San Martín, gobernador entonces de la provincia de Cuyo. Acariciaba 
éste el propósito de liberar América del Sur. Para ello era necesario atacar el centro de las fuerzas realistas que se encontraba en el Perú. Se dio la tarea de formar un ejército, independizar a Chile y marchar por vía marítima con destino a la capital del virreinato.

Con este fin se organizó el Ejército de los Andes. San Martín y O'Higgins y otros militares 
destacados, cruzan la cordillera en enero de 1817 y, el 12 de febrero del mismo año,
 derrotan al ejército realista en la batalla de Chacabuco. Se pone fin al poder de la 
Monarquía española en Chile y se inaugura la llamada Patria Nueva.

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